La Fatalidad de los Coen

Cuando alguien pregunta cuál es mi película favorita o en una conversación se habla de cine, la verdad es que dentro de mi ignorancia y de los graves problemas que tengo para retener argumentos, escenas, personajes… (Incluso si la película me ha gustado o la he visto muchas veces no retengo, es verdad), me vienen a la cabeza, muchas imágenes, películas, directores… Pero dado, que estoy estrenando temática pesimista, hablaré de mis maestros Yodas del pesimismo…

Podría decir que hay muchas clases de pesimismos en el cine. En ocasiones, se enmascaran en comedias y otras, nos muestran una realidad negativa de una forma que no lo es tanto… Hablaría así, de Berlanga o de José Luis Cuerda por poner ejemplos patrios… Pero si hoy quiero escribir sobre pesimistas, lo haré de mis hermanos favoritos, los Coen y aunque podría elegir entre muchas de sus películas, creo que mi favorita, alabando y habiendo memorizado casi al dedillo el Gran Lebowski sin que nunca deje de hacerme reír ininterrumpidamente, voy a rendirle honores a Fargo. He de decir que me falta alguna peli de la filmografía de los Coen por ver, alguna de las que he visto me ha aburrido, también es verdad, creo que porque no eran comedias, ya que pienso que pillan como nadie la gracia de la comedia negra y porque en general bordan a ese tipo de personajes, no sé si algún cinéfilo los llamaría antihéroes… Yo los llamo paquetes.

A saber, ese tipo al que no le salen las cosas bien por sistema y que intenta romper con su rutina haciendo algo que no le toca, ilegal o estúpido. Siempre me identifico con ellos. Por no hablar de todos los raros que aparecen en sus películas, desde psicópatas, acompañantes varios de los protas, oráculos, campeones de bolos, Nicolas Cage, ejecutivos grandilocuentes, sirenas… (O’brother me dejó impresionada). A medida que escribo, me vienen todos a la cabeza y la verdad es que todos ellos son geniales. Y vamos, es que si me pongo a pensar, no encuentro a ninguno que pueda ser considerado mínimamente normal, lo que comúnmente se conoce como normal, es decir que no sea más raro que un perro verde. Incluso en Valor de Ley, un remake exactamente igual al original, Jeff Bridges está increíble, haciendo de pistolero borracho y acabado, un personaje que le va mucho también.

En fin, ¿por qué ver Fargo, si no la has visto antes? Si eres una persona optimista, a la que siempre le salen las cosas bien, Fargo no te gustará. Es más, es muy probable que cuando empiece, no quieras seguir viéndola. A mí me pasó la primera vez. Fue durante un verano en el que no podía dormir bien por las noches y no sé cuál fue la razón que motivó que antena 3 (no existía Internet, creo recordar) la repusiera todas las semanas en horario muy, muy nocturno. La primera vez que la vi empezar, directamente pasé. A ver, empieza con una música muy melancólica, con unos planos de paisajes nevados, de estos paisajes americanos impresionantes en los que no se ve nada más que nieve y más nieve… La nieve me aburre mucho en la pantalla, casi tanto como los peces… Pero como no podía dormir y no hacían más que ponerla y ponerla, terminé viéndola un par de veces seguidas y de decir, “esta peli no me gusta nada”, pasé a admirarla como lo que es: una obra de arte dedicada al Paquete. Bien, está el marido, el paquete principal, William H. Macy (que borda el personaje, por cierto) al que su suegro rico menosprecia en el trabajo (y aunque tiene muchos motivos para hacerlo, porque claro, el buen hombre es que es un paquete…) y que decide que la mejor manera para conseguir pasta y convertirse en el hombre emprendedor que quiere llegar a ser, es pagar a unos delincuentes para que secuestren a su mujer y sacarle dinero a su suegro por el rescate. La escena del secuestro no tiene precio, por cierto. Los secuestradores: Peter Stormare, un psicópata muy calladito y Steve Buscemi, un dios en mi humilde opinión,  que aquí hace de matón de medio pelo bastante histérico (mucho) y charlatán. Cuando empiezan a aparecer los muertos, entra en juego la oficial Marge, Frances McDormand, mujer de Joel Coen, que brilla en su papel de poli embarazadísima que camina despacio sobre la nieve para examinar la escena del crimen y que sigue muy de cerca todas las pistas, sin escapársele ni una. Más lista que el hambre es la señora Marge. Una máquina del misterio que desayuna tranquila y sosegadamente los huevos que le prepara su aburrido marido, cuando la llaman de madrugada para acudir a ver un par de cadáveres. El marido enfrascado en su aficción por la pintura y en su devoción por su mujer y ella, amable siempre, va destapando toda la trama con mucha astucia. Increíble. Toda la película. Sin olvidarnos de los personajes secundarios: el suegro, el indio, los polis, la mujer, su hijo, las chicas alegres… La música. La nieve que, enseguida entenderás si la ves, su importancia, en ese lugar donde nunca pasa nada. Y ese aire de fatalidad y pesimismo… Hay escenas que me hacen reír tanto… Después de todos estos años. El ataque de ira de Steve Buscemi en el parking, por ejemplo, no tiene desperdicio. En definitiva, si cuando haces algo, no te suele salir bien, Fargo es tu película.

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