Querido diario

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La Navidad te ha dejado hecho polvo, ¿eh? O, peor aún, la vida -tanto si es Navidad como si no- te machaca y no tienes a quién contarle tus problemas. O, pongámonos trágicos, sientes que nadie te comprende y deseas sacar lo peor que se cuece en tus tripas y no quieres recurrir a la violencia, dirigida hacia los demás o hacia ti mismo. Escribe un diario secreto y publícalo. Saber que alguien puede leerte y que en realidad nadie lo hará tiene su morbo exhibicionista y también esa sensación de liberación que te proporciona desplegar tu intimidad en estado puro. Y si no funciona, ¿qué más da?

¿Cómo se materializa esto? Chicos, ¿en qué era vivís? ¡En un blog secreto! Y la siguiente pregunta es: ¿cómo se consigue un blog secreto? Analicemos los dos términos del concepto. En primer lugar, crea un blog. Me imagino que no hay mucho que explicar al respecto. Crear un blog personal gratuito es tan fácil como acudir a cualquiera de los portales más populares, por ejemplo, Blogger o WordPress, sigues los sencillos pasos que te indican en la página o te buscas un tutorial si tienes algún problemilla técnico, que también está chupado, y en cinco minutitos tienes tu blog radiante y despampanante, listo para que desparrames. Profundicemos en la segunda parte, “secreto”; pues cuando algo es secreto es que es secreto (abstenerse bocazas en este sentido). Es decir, no le cuentes a nadie que tienes un blog, no comentes el nombre del blog, no postees tus entradas en Facebook aunque sea tentador. O estás a exhibir tus miserias a todo Cristo o a desahogarte con los espías de Google que, desde mi punto de vista, es mucho más terapéutico.

La idea me vino gracias a la Seguridad Social, por algo es el “mejor sistema sanitario del mundo mundial”, según algunos. Necesitaba desparramar sobre el drama que domina mi vida y sentía que nadie me comprendía y que tampoco tenía ese «nadie» por qué hacerlo. Solo deseaba liberarme un poco, solo un poco, de esa rabia interna. Así que pensé que quizás un profesional público, un psicólogo, no tendría otro remedio que escucharme y que posiblemente verbalizarlo todo me ayudaría a asumir la situación. ¡Qué decir! Solo que de los errores se aprende. Acudir al sector público porque no se tiene dinero para dejarse caer en los brazos de lo privado me pareció, al menos, una opción. Entendía, y sigo entendiendo, que el privado es más de lo mismo, solo que más caro. La conclusión de esa iniciativa resultó más o menos lo que ya pensaba. Los psicólogos me parecen poco funcionales, la verdad, sin ánimo de ofender. Además, me ponen nerviosa. En tres sesiones, hablé con tres profesionales diferentes (la Seguridad Social es así) y ninguno me aportó nada. Por lo que decidí que lo mejor que podía hacer era desahogarme por escrito en un blog que era algo así como contárselo a alguien real-virtual (los espías de Google y alguien que pudiera estar interesado en el tema de mi blog). Desde aquí me gustaría agradecer a los espías de Google su tremenda labor.

Después de introduciros en el fantástico mundo de los recovecos mentales patológicos y de la terapia low-cost, os contaré algunos truquillos para que el blog secreto terapéutico cumpla su misión a la perfección.

  • No publiques tus entradas en las redes sociales. Se trata esta de una premisa básica. ¿Le enseñarías tu diario personal a alguien? Si tu respuesta a esta pregunta es «Sí», olvídate de todo esto y vete al psicólogo de la Seguridad Social y luego se lo cuentas a tus amigos y vecinos. Si la respuesta es negativa, debes saber que con un blog secreto, los misterios de tu alma solo los sabrán los espías de Google y, creéme, a ellos se la pela lo que te pase. Analizarán la relevancia de tu blog en términos de visibilidad y visitas potenciales y reales, o sea, que no serás nada relevante.
  • No estés a florituras. ¿Qué sentido tiene hacer un blog chuli si no está dirigido a nadie? Lo importante de tu blog secreto es el contenido, el texto, tus mierdas… ¿Para qué perder el tiempo en formatos y fondos?
  • Elige un título general, nada bonito y poco revelador. Lo mismo para el nombre de tu usuario secreto.
  • No utilices fotos personales o reconocibles, por motivos obvios.
  • Tampoco proporciones datos y nombres reales, normal, ¿no? esto es de cajón de madera. Los «cabrones X» y las «zorras Y», o al revés, funcionan la mar de bien.
  • Utiliza toda clase de descalificativos, palabras malsonantes y todo tipo de perversiones. Eso sí, si hablas de matar y eso, los espías de Google se enfadarán contigo. Y, desde mi modesta opinión, eres un psicópata, este no es tu foro.
  • Olvídate de palabras claves y trending topics. ¡A lo que estás! No te interesa salir en los buscadores.
  • Otra cosa importante: aparta de tu vera las estadísticas. No te interesa saber dónde están ubicados los espías de Google y el objetivo no es ser popular, acuérdate.
  • No releeas inmediatamente tus entradas, deja pasar el tiempo…
  • Aprovecha el carácter clandestino de tu blog… Siéntete misterioso.
  • Si escribes tu blog secreto porque te gusta un chico o chica o quieres hablar de tus fantasías sexuales, no escatimes en detalles; igual hasta te haces popular entre adolescentes (no te preocupes por la ortografía en absoluto), adultos frustrados y espías de Google…
  • Si lo que te motiva es el dolor, expláyate a gusto. Es tan difícil poder expresarse sin que nadie ponga calificativos a tu dolor que tener un página en blanco se convertirá en tu refugio.

Y aquí termina otro bricoconsejo de cómo superar tus traumas sin gastar un céntimo.

 

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